Es el turno del grupo de Colombia, el C, que tiene a Grecia, Costa de Marfil y Japón.
COLOMBIA no tenía suficientes santos para ponerles velas y pedirles que Falcao llegue a jugar el Mundial 2014. La rotura de ligamentos cruzados, la lesión más temida por los profesionales del fútbol, dejó sentir su peso y el Tigre deberá esperar cuatro años. Colombia no solo clasificó como segundo de la zona sudamericana (CONMEBOL), sino que su fútbol vive uno de los mejores momentos de su historia. Vuelven a un mundial después de 16 años y hay tres técnicos colombianos dirigiendo en el mundial: Jorge Luis Pinto dirige a Costa Rica, Reinaldo Rueda a Ecuador y Luis Fernando Suárez a Honduras, pese a que el equipo cafetalero es timoneado por Jorge Pekerman. Los cafetaleros han logrado algo poco usual, son una selección que juega tan bien aceitada como un equipo y si bien echarán en falta a su figura consular, su grupo les permite pensar por lo menos en los octavos de final. Privilegian la tenencia del balón sin ser una suma de pases, sino con un sentido en la elaboración del juego. Talento sobra: Juan Cuadrado, Carlos Bacca, James (leído así, “ja-mes”) y Jackson Rodríguez… incluso el inconsumible Faryd Mondragón hará banca por si algo pasa con David Ospina.
GRECIA recuerda con cariño aquél heroico campeonato europeo conquistado ganándole nada menos que al local Portugal en 2004. El único sobreviviente de aquella epopeya gestada por el DT alemán Otto Rehhagel es el mediocampista Giorgios Karagounis, quien sigue vigente en el Fulham de Inglaterra junto a su compatriota Kostas Mitroglou. La verdad es que esta vez Grecia clasificó con relativa tranquilidad en el grupo G de la zona europea, siendo su único escollo la sólida Bosnia-Herzegovina, que la aventajó en gol diferencia y a quien no pudo vencer en la eliminatoria. Posteriormente venció en un desempate a Rumania y llega a Brasil con solo un partido perdido. A Grecia no le falta roce internacional y sus figuras juegan en las grandes ligas, así que no conviene bajarle el dedo.
COSTA DE MARFIL, autodenominados los “elefantes”, son el mejor equipo africano de los últimos 3 años de acuerdo a FIFA. Jugadores como Gervinho en la Roma, Kolo Touré en el Liverpool o Yaya Touré en el Manchester City son esperados frente a las pantallas de todo el mundo los fines de semana y durante las noches de campeonatos europeos. Aquí el abanderado desde luego es la leyenda Didier Drogba, que ahora luce su calidad en el Galatasaray turco. El DT francés Sabri Lamouchi varía entre un 4-4-2 y un 4-3-3 cuando todas sus fichas están disponibles y ha descubierto ya el punto débil de sus dirigidos, el estado físico, motivo por el que ha dejado fuera de la convocatoria a jugadores como Siaka y Romaric. Los Marfileños llegan a Brasil invictos después de vencer en el grupo 2 de la zona africana a Marruecos, Tanzania y Gambia, jugando después un play off con Senegal.
JAPÓN ya nos ha acostumbrado a su presencia en la fiesta mayor del fútbol mundial. Tomando al Pokemón Pikachú como tótem para adornar sus camisetas, los samurais azules jugarán en Recife, Natal y Cuiabá con un equipo que sorteó dos rondas premundialistas, quedando segundo ante Uzbekistán, Corea del Norte y Tajikistán, pero primero ante Australia, Jordania, Omán e Irak. La clave de los japoneses sigue siendo la velocidad, que combinada con el orden táctico del DT italiano Alberto Zacheronni puede ser vital para avanzar por lo menos hasta cuartos. Su 4-2-3-1 dista mucho de ser conservador y destacan en la alineación los jugadores que alternan en equipos europeos como Shinji Kagawa del Manchester United y Keisuke Honda del AC Milan.