Fue el gol que explotó el Siles, porque era el momento más complicado del partido. San José había empatado y al volver del descanso amenazaba con buscar la ventaja, entonces apareció toda la jerarquía Celeste para cambiar el rumbo del encuentro. Una pelota que se negó a entrar al arco cayó al borde del área y Leonel Justiniano no lo pensó dos veces, la cazó de aire y la clavó en el techo del arco. Golazo.
A partir de ahí Bolívar no soltó el triunfo, tuvo un partido de muchos puntos altos, Juan Miguel Callejón, José Orellana, destacaron sobre el resto, pero la sensación es que Alfredo Arias, más allá de los problemas físicos, ha encontrado el equipo que tanto buscaba.
Uno de esos puntos altos fue Leonel Justiniano, que clavó ese golazo, el segundo del partido, y aunque fue duda hasta horas antes del partido cumplió a gran altura. Este fue el segundo juego de gran nivel del volante que parece haber recuperado confianza y juego, por eso -tras el golaza- pasó algo curioso, todos sus compañeros y hasta el entrenador le pedían que se saque la camiseta en el festejo. A Justi le tomó algunos segundos percatarse y entender el mensaje, hasta que lo hizo, se sacó la camiseta y el juez le mostró la amarilla.
El tema es que con el gol, la labor del 23 estaba cumplida, el plan de Arias funcionó, ya Bolívar estaba en ventaja y era tiempo de pensar en alternativas de cara al futuro, cuidar la rodilla de Justiniano y limpiarlo de sanciones por acumulación de tarjetas de cara a lo que se le viene a la Academia en el sprint final del campeonato.
Es más, el plan de Arias era que Callejón también se limpie, pero en la algarabía del festejo, el hispano olvidó sacarse la camiseta, igual la labor en la Academia estaba hecha, sacó de encima una de las paradas más difíciles del torneo a puro gol y con una importante muestra de carácter.