KAZÁN. Eran pocos los que creían que Argentina iba a lograr algo histórico en Rusia, su equipo no daba muchas ilusiones, claro excepto porque tenía a Messi en sus filas, pero un hombre solo, no puede con un equipo y tan contundente como lo fue Francia.
El ejemplo claro llegó al minuto 85 del partido, cuando Messi en una de sus arremetidas dejó a toda la defensa francesa en el camino y no pudo definir, ya le dio la fuerza del cuerpo, se le acabó el Mudial. Francia lo superó por 4-3 con un excepcional partido de Mbappé, ese joven jugador francés del que habla el mundo.
Kylian destrozó todo intente defensivo argentino -que fue poco- con fuerza y velocidad, anotó el primer, tercer y cuarto gol. Es que Francia fue superior siempre, incluso cuando la Argentina, con el golazo de Di María comenzó a creer que era posible, y se encontró -porque se encontró- con la victoria (parcial) en el gol de Rojo, pero ahí dejó de creer, se terminó la casualidad y Francia con todo su arsenal de juego, golazo incluído de Pavard, fue contundente, volvió a dar vuelta la serie, que ya fue inalcanzable, incluso con el descuento final de Agüero y terminó con el mundial de Argentina, y de Messi.