Ferreira vuelve a posicionarse como goleador

Un doblete en la noche de los golazos, un gol en Oruro, y dos goles ante equipos de Tarija, uno a Petrolero y otro a Ciclón.

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Foto: Marka Registrada

Un doblete en la noche de los golazos, un gol en Oruro, y dos goles ante equipos de Tarija, uno a Petrolero y el otro a Ciclón lo acomodan ya como el goleador del equipo en la Liga con cinco tantos, alcanzó a Juanmi Callejón, pero además suma dos tantos de Copa Sudamericana con Bolívar en esta su nueva temporada de Celeste lo acomodan como el goleador celeste con siete tantos.

Ferreira se reencontró con las redes en el partido revancha ante Defensor Sporting de la Sudamericana, ahí anotó un doblete, pero no alcanzó para clasificar. En la Liga tuvo que esperar un par de partidos, incluso arrancó el certamen en el banco de suplentes ante Oriente en Santa Cruz. Y recién en la séptima fecha terminó su sequía, el IV Centenerio lo vio festejar nuevamente al charrúa.

De ahí en adelante, salvo el duelo con Wilster en Concha, marcó al menos un gol, y en el Siles, la gente ya recordó el idilio que tenía con su capitán, volvió a bajar el “Uruguayo, Uruguayo” desde la Norte, ahora en el punto medio y a tres goles del goleador del certamen (Martín Palavicini con 8).

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El Comandante de tu parte de adelante

Raúl Castro se hizo genio y figura, elegante, soberbio, preciso, con asistencia, efectividad, con el factor sorpresa, tuvo todo, y se hizo el dueño de la pelota en el Siles, no por haber anotado tres goles, es más no hizo ninguno, pero se hizo el dueño porque fue el que más la tocó.
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Los Bejarano manejaron el ataque atigrado

El partido terminó con el 2 a 1 en el marcador, The Strongest tuvo importantes actuaciones en su equipo como el de Alonso y Vargas, los autores de los goles, ambos fueron los únicos que estuvieron efectivos y afinados frente al arco de Roberto Acosta. El equipo tuvo como principal característica la proyección por los laterales, Diego y Marvin Bejarano fueron los que alimentaron a su tridente ofensivo con centros y pases en un sinnúmero de ocasiones, cuando ambos bajaron un poco su ritmo en el transcurso se sintió esto y las llegadas no eran ni ordenadas ni constantes.