El Deber realizó una entrevista a Carlos Saucedo flamente ganador del premio el mayor, a continuación ponemos la entrevista en el diario cruceño:
A sus 33 años ha comenzado a disfrutar de los éxitos del fútbol. Una vida previa llena de amarguras y sinsabores para llegar al profesionalismo está siendo coronada con goles. Su fuerza de voluntad y el apoyo de su esposa le han permitido ser el goleador de la temporada 2012-2013 de Bolivia con 38 tantos convertidos, y adueñarse del Premio Mayor. No ha sido fácil llegar hasta donde está, mucho menos ganarse un puesto en la selección, a la que pensaba renunciar antes de convertirse en la figura del partido ante Uruguay, por las eliminatorias.
Su fe en la Virgen de Cotoca y una vida disciplinada lo hacen pensar que puede jugar muchos años más a este nivel. Tiene ofertas del extranjero y San José le ha propuesto renovar hasta 2016.
¿En qué etapa de tu carrera te llega el galardón del Premio Mayor?
En una de las mejores etapas de mi carrera. Este es uno de mis mejores momentos futbolísticos. He tenido una buena temporada en el torneo local, en la Libertadores y en las eliminatorias.
¿Qué significa esta distinción para vos?
Es cosecha de todo lo que sembré. Pasé muchas cosas duras y siempre me dediqué a trabajar y a luchar para superarme. Todo lo que he conseguido en mi carrera me lo he ganado con mucho sacrificio y dolor. Nada ha sido fácil, peor aún si vivís lo que me ha tocado vivir.
¿Por qué te costó tanto llegar al profesionalismo?
La verdad es que existen muchas cosas. Hay manejos de jugadores, yo no lo sabía hasta que lo viví personalmente. Me hizo falta tener un empresario que me ayude. Yo tenía los méritos deportivos, pero creo que hizo falta que me valoren como boliviano.
¿Acá no se valora al jugador boliviano?
Siempre lo he dicho, al nacional no le dan mucha importancia, en cambio al extranjero sí le abren las puertas, especialmente a los que vienen en mi puesto. Con los extranjeros no tengo nada, pero en los últimos tiempos son pocos los que han venido a aportar al fútbol boliviano, como lo hace William Ferreira.
¿Quién te dio el empujón que necesitabas para llegar al profesionalismo?
Cuando fui a Oriente un tío habló con el técnico, que era Carlos Amodeo, para que me dé permiso para entrenarme, pero a los pocos días lo botaron. Llegó Tucho y un día antes del cierre del libro de pases me dijo que hable con la dirigencia y arregle mi situación, que estaba en sus planes. Casi me vuelvo loco de alegría, ese día fue uno de los más bonitos de mi vida.
Además de hacerte contratar, ¿qué te enseñó?
Todo. El renegaba mucho conmigo, pero ahora veo que era por mi bien. Hace poco me le acerque y le agradecí por lo que me ayudó. Él me enseñó más de lo que aprendí con todos los entrenadores que he tenido.
¿Desde cuándo aparecés como protagonista en los torneos ligueros?
Desde que salí goleador con San José. Fue ahí, después de estar parado casi todo un semestre por la enfermedad y muerte de mi abuela, que me decidí a volver y como una bendición de ella comencé a surgir.
¿Para cuántos años más crees que te queda?
Me siento bien. Hasta ahora no he tenido ninguna lesión de gravedad. El cuidado personal que tengo me sirve muchísimo y creo que eso me ayuda a mantenerme bien y haciendo goles, lo que me pone en los ojos de equipos del país y del exterior.
¿Tenés alguna deuda con la hinchada de Oriente?
No tengo ninguna deuda con los equipos cruceños. En los pocos partidos que jugué en Oriente hice goles.
¿Cómo resumís tu paso por Blooming?
Como bueno, hice muchos goles y ayudé al equipo a jugar la final en 2008, aunque en el último partido perdimos con Aurora. En esa época el entrenador era Gustavo Quinteros, que me dio su confianza desde un comienzo y respondí con lo mejor que sé hacer, goles.
Los goles ante Uruguay ¿sirvieron para que te consagrés en la selección?
Sin duda me sirvieron de mucho, confirmaron el buen momento que estoy atravesando.
¿Veías lejana la posibilidad de jugar en la selección?
Yo pensaba muchas cosas. Era el goleador de los campeonatos, iba a la selección y no me tomaban en cuenta, era frustrante. Pensaba ‘qué más tengo que hacer para que me den la oportunidad’, era desesperante para mí.
¿Alguna vez pensaste en decirle no a una convocatoria?
Pensé en renunciar a las convocatorias. Me hicieron una entrevista antes del partido contra Uruguay, ahí comenté que si en ese partido no tenía oportunidad no iba a volver a la selección. Cuando iba a casa me preguntaba qué había hecho mal para no estar entre los elegidos, realmente no quería volver más, pero cuando salía la convocatoria para otro partido y veía mi nombre nuevamente me ilusionaba y ahí comenzaba todo de nuevo.
¿Es cierto que en algún momento de tu carrera quisiste dejar el fútbol?
Eso pensé luego de ver frustrados mis esfuerzos de llegar a un equipo profesional. Salía goleador en la B y en la A, pero no tenía la oportunidad en la Liga.
¿Cuál fue el momento más duro de tu carrera?
Cuando tuve que trabajar para mantener a mi hija. Hasta mi esposa tuvo que vender cosméticos para ayudarme. Yo estuve con mi padre como ayudante de albañil.
¿Qué papel ha jugado tu esposa en todo esto?
Ha sido fundamental. Vivo 14 años con ella, me conoce desde que comencé en la B. Es la que luchó conmigo cuando no tenía ni para los pasajes para ir a entrenarme. Todo lo que tengo es gracias a ella, porque sus palabras me calmaron cuando quería dejarlo todo.
¿Cuesta vivir fuera?
Siempre cuesta estar lejos de tu tierra y de tu familia. Más cuando vuelvo a Santa Cruz y veo a mis padres más viejos, a mis sobrinos grandes y pienso que mis hijos no se están criando con su gente, con su familia, eso me duele. Yo me crie junto a mis primos y hermanos, los veía siempre y mis hijos casi nunca.
¿Por qué tuviste un paso fugaz por Ecuador?
En Ecuador fue mi primera experiencia fuera del país. Jugué algunos partidos, tuve la oportunidad de hacer un gol, pero me faltó continuidad.
En Colombia tampoco te pudiste consolidar
No tuve la oportunidad de jugar. Llegó un momento en que se enfermó mi abuela y cuando me dijeron que estaba internada y al no estar jugando, me animé a dejar todo y me volví. A los seis días que regresé al país falleció. Ella era como mi madre, me crió desde chico y me dolió mucho, pero ahora desde el cielo me bendice junto con la Virgen de Cotoca.
¿Cuál de todos tus goles considerás que fue el mejor y cuál el más importante?
Creo que los tres que hice frente a Uruguay. Pero el que más me gustó es el que le convertí a Millonarios de Colombia, jugando la Libertadores.
El diario Marca de España escribió sobre vos luego de los tres goles ante Uruguay, ¿qué te parece que te tilde del ‘Messi’ boliviano?
Me sentí feliz porque creo que es el reconocimiento de un diario internacional. Con el simple hecho de que me nombren en sus páginas es mucho honor. Eso me lo gané con los 44 goles que convertí el año pasado
SAN JOSÉ LO PRETENDE HASTA 2016
Los 38 goles convertidos a lo largo de la temporada 2012-2013 hacen que San José, club con el que tiene contrato hasta diciembre, le haya ofrecido renovar hasta 2016.
La idea de ampliar su contrato es del agrado del goleador cruceño, ya que la renovación le dará seguridad laboral para él y su familia y, además, habrá mejores condiciones económicas.
A decir del atacante santo, el tener su futuro asegurado le permite meterse de lleno en el equipo y pensar solo en conseguir el título de la nueva temporada, que se inicia a mediados de julio.
Confesó tener una oferta para ir a jugar al extranjero, la misma que está analizando. Eso sí, la propuesta de San José es tan buena que no sabe si vale la pena arriesgar todo eso por un año de contrato fuera del país.
El artillero de la Liga sabe que con sus goles y la vida disciplinada que lleva, no le van a faltar ofertas para seguir jugando en el país y más aún si cuenta con la bendición de la Virgen de Cotoca, a la que le dedica sus goles. Muestra de su devoción es la imagen que lleva estampada en otra camiseta bajo la polera del equipo.
Fuente: El Deber