“Que bien juega Pablito Escobar”, acotaba el Chavo Fucks, comentarista de Fox Sports, durante la transmisión del partido en el Pacaembú. “Es el patrón del fútbol”, contestaba Gustavo Cima, el relator de la cadena internacional, jugando con el título de la serie televisiva que relata la vida de su homónimo narcotraficante (Escobar, el patrón del mal).
Ambas afirmaciones, dichas como un descubrimiento por los periodistas argentinos, es una realidad que gozan los hinchas atigrados desde hace poco más de diez años. Ayer, en una medida comparable a otras grandes hazañas conseguidas de la mano de su capitán. La primera victoria atigrada fuera de casa en más de treinta años tuvo un sabor especial para Pablo, que se dio el gusto de celebrar después de un partido muy sacrificado, en el que tuvo un despliegue difícil de encontrar en otro jugador de su edad.
“El Tigre hizo historia, pero esto es sólo el comienzo”, declaró Escobar para los micrófonos de El Derribador al término del partido. “Yo derramé mis lágrimas, en el vestuario ahí solito. Para mí como capitán, como todo lo que puedo significar para el club, tiene mucho valor, porque a todo eso tienes que sumarle que soy hincha del club”, aseguró con mucha emoción después de haber conseguido los tres puntos en Brasil
Ahora, después de haber demostrado que The Strongest no es el rival accesible que anunciaron los medios de distintos países después de conocer su presencia en el Grupo 1 (compartido con River Plate y Trujillanos), el Emblema atigrado avisó que este equipo irá por más, y buscará escribir nuevas páginas en la historia grande del club.