Contra Boca Juniors, el Rojo remató al arco en nueve ocasiones; es decir, más que en sus resonantes victorias continentales de las dos Copas previas. ¿La diferencia? No tuvo la misma contundencia.
Entre 2017 y 2018, el equipo cochabambino marcó 21 goles en los siete partidos que jugó como local por la Libertadores: en promedio, tres por compromiso. Esa fue la clave de su buen papel hace dos años.
En términos de efectividad, sólo necesitó siete remates francos para hacerle cuatro goles al Vasco da Gama, y cuatro para marcarle tres a River. Lamentablemente, de esos equipos, más allá de los nombres, queda poco y nada…