La gran final el viernes 23 de diciembre, es una de las opciones para definir el campeonato en Bolivia, y aunque es el deseo del club de Achumani, pensar en un partido de definición genera un gran problema de logística y hasta familiar para varios jugadores de ambos equipos.
Institucionalmente a la Liga le gusta la idea de tener una final, un lleno completo en el Siles, y una recaudación que sería dividida para los clubes. ¿A la TV? ¡ni que decir!, podría ser el negocio redondo del año. Y aunque deportivamente The Strongest quiere que se de esa figura, varios de sus jugadores ya tienen pasajes para volver a sus distritos y países el jueves 22 y el viernes 23. Lo mismo pasa con los Académicos, que aunque se les hace más fácil decir que “no piensan en ese partido”, la idea está planteada y volver a la La Paz tras la última fecha no está en planes de varios que pretenden volar desde Santa Cruz a sus países.
La posible final del próximo viernes es un sueño comercial, pero ¿los jugadores realmente desean jugarla?. Esta coyujntura y llegar a este extremo, ha sido la principal muestra de lo mal que se ha trabajado en el Comité Técnico de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano.