El entrenador de Bolívar se mostró contento al terminar el partido y definió así el juego: “hemos hecho un partido casi perfecto”.
Es que Bolívar fue superior de inicio a fin al Tigre, le ganó la posesión de la pelota y la posición en campo, fue más rápido, más ágil, más seguro, fue superior línea a línea, y hombre a hombre al equipo de Farías, la Academia fue contundente, con tansiciones en una o dos velocidades más que las que tenía el Tigre.
“El secreto ha sido estar bien en todas las fases del juego, todo ha salido a la perfección. Pudimos hacer otros tres goles más, el que nos han anulado me gustaría verlo de nuevo”, dijo el español, y no exageró. La jugada en el gol de Arce, estuvo mal invalidada. Y Vaca vio como se salvó su arco en al menos tres ocasiones claras en el primer tiempo.
Las claves de Bolívar estuvieron en tener mejor posición de campo, su trivote de marca presionó arriba, ganó el medio campo controlando la pelota, y los extremos aprovecharon todas las ventajas defensiva del Tigre. Incluso cuando estaban once contra once, y mucho más tras la expulsión de Pedrozo, manejó mejor la pelota parada, cometió pocas faltas, todo le salió bien, y Beñat ganó el clásico con su pizarra y su sello.
