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Historia repetida para el Gran Capitán. El destino parece estarle jugando una mala pasada a uno de los máximos referentes del fútbol nacional en los últimos tiempos. La noche para el olvido que tuvo Oriente en el Tahuichi dejó a toda la defensa en el ojo de la tormenta, y la peor parte se la terminó llevando quien menos la merecía.
La mala fortuna volvió a caerle a Ronald Raldes, a falta de veinte minutos para la conclusión de la pesadilla albiverde, un centro uruguayo se desvió en la rodilla del Capitán y terminó colándose en la portería de Marcos Argüello. Injusticia futbolística.
Que no se malinterprete el uso de la palabra injusticia, no es un intento de objetar el resultado del partido, mucho menos su desarrollo, favorable a los charrúas de principio a fin. Se trata de marcar un hecho, solo uno entre los muchos que se dieron a lo largo de la hora y media de juego, siendo este hecho la desgracia que le tocó vivir al capitán de Oriente y la Selección. No existen en el fútbol muchas cosas peores que marcar un gol en tu propio arco, para un defensor, sin duda, es la mayor frustración.
Sin embargo, para empezar a entender el porqué de tanto énfasis en este hecho y la injusticia que representa, es necesario volver un par de meses en el tiempo. La historia nos lleva de vuelta a Chile, a otra goleada para el olvido, con Raldes nuevamente como protagonista, en el duelo que enfrentaba a nuestra Verde con el anfitrión y futuro campeón de aquella Copa América. Muchas coincidencias entre ambos partidos, errores defensivos, deficiencias técnicas, mala preparación física; pero buscamos hacer hincapié en una sola: la mala fortuna del defensor.
En una acción similar a la ya mencionada, el Gran Capitán también había puesto cifras definitivas en aquel partido, dejando un mal recuerdo y sobre todo manchando su gran actuación en el torneo continental al que había llegado con lo justo, cuando muchos ya lo habían descartado por una lesión en el hombro.
Parecerá una exageración, pero para los que han seguido la gran trayectoria del defensa cruceño a través de los años, su inolvidable paso por el fútbol argentino, su constante sacrificio por la camiseta de la Selección, aquella imborrable imagen encarando a Messi por defender nuestros colores; que esto le pase justamente a él, es – como mínimo- una injusticia.
