Con las debidas disculpas de nuestros lectores, deseo recordar las palabras de Alexandre Kadunc, periodista brasileño que me dio la primera oportunidad de ejercer el periodismo en 1974 (aún cuando iniciaba mis estudios en la Universidad de São Paulo):
”Boliviano, ¿quieres ser periodista? Allá tú, piensa bien, porque el periodista es como papel higiénico: un día está en el rollo y al otro en la m…”, me dijo con su característico buen humor.
Cuatro años después, al recordarle sus recomendaciones y ya con mi diploma en manos, le pedí que me explicara sus conceptos.
Me dijo que en cualquier parte del mundo, los periodistas que se creen más importantes que la noticia, al mismo tiempo se creen más artistas que los propios artistas. Y cuando la fama se les acaba, como a los artistas de la bola, la caída es brava y sufrida, si no se está preparado.
Llevando la conversa a lo puramente futbolístico y metáfora de por medio, los artistas son los jugadores en cancha porque se emocionan, posibilitan emociones y hacen con que las personas rían o lloren; los periodistas no, ya que realizan (o debieran) un trabajo serio y comprometido con la noticia y los hechos tal cual son, y no les es permitido asumir posiciones emotivas o tendenciosas.
Sin embargo a veces el futuro de ambas actividades es el mismo ya que, por ejercer actividades públicas, ambos profesionales adquieren cierta notoriedad y reconocimiento colectivo, pero efímero, porque el tiempo pasa y otros actores aparecen. Ahí llega la hora de saber si lo realizado será recordado u olvidado por la sociedad. Y la realidad suele ser perversa, porque la memoria colectiva generalmente es corta, sobretodo en países en donde el habito de lectura es mínimo.
La imagen que ilustra esta columna muestra al arquero René La Fuente, conocido como “El Ganso”, al lado de Hugo Saracho, Roger Wills, Walter Costas, Juan Rivero y Ernesto Villegas. Agachados: Mario Mercado, Jorge Reyes Salamanca, Abdul Aramayo, Fortunato Castillo e Isaac Mollinedo, jugadores responsables por la “Operación Retorno” (a la Primera “A”) de Bolívar, después de haber descendido de categoría en 1965.
Pues, René falleció en Cochabamba hace dos meses, después de una dolorosa enfermedad, pobre y olvidado.
¿Y los periodistas deportivos de aquella época? ¿En dónde están? Ciertamente muchos de ellos se encuentran aún con vida, pero nadie los recuerda y no dudo que estén pasando dificultades.