Las sensaciones que dejó la derrota de Tigre en Achumani, son de tristes despedidas, son de sabores amargos, una vez más los propios futbolistas dejaron mensajes claros, ha llegado el momento de ponerle punto final a una generación de futbolistas que han crecido y se han formado en el Tigre.
No sólo porque fue el partido despedida de Alejandro Chumacero, Pablo Escobar le dejó el cintillo de capitán al tres, sino, por cómo fue el contexto, insultos de jugadores con su propio técnico, declaraciones con mensajes entre líneas de otros referentes, todos con un mismo tono de despedida.
Chuma se fue de Achumani sin dar declaraciones, lo mismo hizo Ramallo, que cuando salió reemplazado increpó a Daniel Farías y apuntó al DT -según el jugador- por su falta de valor para sacar a Pablo (¿Escobar?), el grupo está roto en Achumani, la gente pide renuncias, “Fuera Farías” y “Fuera Salinas”, han sido los soundtracks de la tarde en la zona sur.
Para colmo, otro cachorro parece querer irse, Diego Bejarano dejó en claro su mal estar al salir del Complejo “Acá hay cosas que ya no se pueden soportar, hay un dirigente -no voy a dar el nombre- pero rompió la unidad del grupo, creo que necesito un nuevo aire, mi representante tiene una reunión importante en Santa Cruz, incluso estamos pensando la opción de pagar la salida del Club”, dijo en un momento de sinceridad cruda; Así de dura es la realidad del Tigre, que ve en este 2017, el fin de la historia de los niños prodigios del Club.