Fue la noche del arquero, seguro como nos tiene acostumbrados a los que lo vemos en el día a día en Bolívar, solvente, eficiente y determinante.
Así fue el partido de Quiñonez, el de la consagración del uno, el que le faltaba para ser el indiscutible dueño del arco de Bolivia. Con sólo 22 años tuvo una ascendente carrera, desde aquel debut en 2010 y ahora consagrándose como uno de los pilares del seleccionado en Copa América.
Bolivia logró su primer triunfo en Copa tras 18 años, y la misma cantidad de partidos. Quiñonez contuvo un penal tuvo que soportar dos goles, pero logró sostener su arco sin tantos en al menos 10 oportunidades, muchas de ellas clara, jugadas de mano a mano que cambiaron las historia.
Con el pecho, con la piernas, con los brazos, todos los recursos que tiene un portero al que Soria le sacó su mejor rostro, bajó de peso, y se lo ve ágil, determinante para un arquero con tanta técnica y flexibilidad. Romel Quiñonez fue el factor decisivo de la Verde!
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— Latedeportes Bolivia (@Latebol) June 16, 2015