Marcos Riquelme carga una historia de esas que son dignas de ser escritas, laburante de la vida, trabajaba en una fábrica mientras su padre le hacía perseverar para que llegue a ser futbolista, debutó de grande, con 21 años y cuando al fin lo logró debutar en primera, falleció, no lo pudo ver.
Ocho años después de aquel debut en primera, Riquelme se consagra campeón en Bolivia nuevamente y como siempre, lleva una polera con la foto de su padre, Riquelme lo recuerda en medio de los festejos y se le corta la voz: “Mi viejo falleció cuando comencé a jugar al fútbol y me ilumina desde ese día”.
Riquelme acaba de anotar dos goles fundametales en el semestre, son los del título de Bolívar, y se vuelve a sentir goleador, se terminó la mala racha por la que atravesaba, agradece el apoyo y el respaldo del grupo al que acaba de darle el título: “Me pude sacar la maldita mufa que venía arrastrando, cuando las cosas no salían, el técnico, mis compañeros, todos me siguieron bancando y esto es para todos ellos”
-DOBLETE DE RIQUELME-