San José estuvo agotado, fue notorio su desgaste en el campo de juego, algo que se presagiaba con el largo viaje que le tocó hacer de Chiclayo.
Más aún cuando quedaron con diez jugadores y ya perdían por uno a cero por el gol de Cabrera, Vera decidió seguir con la pelea que iniciaron con Arce al terminar el primer tiempo y se fue expulsado. Ahí Bolívar fue superior y el Santo resignó todo, se lo veía cansino y con ganas de terminar el juego, sin fuerzas Saavedra fue el orureño más feliz porque anotó en su tierra ante la mirada de su familia.
Así ganó Bolívar, jugando un buen partido, y haciendo leña de un árbol caído, le ganó por 2-0 y el Santo suma cuatro juegos consecutivos sin ganar.