En la previa, fue lo más llamativo del partido: Walter Flores había anunciado su adiós a la Selección nacional tras más de una década defendiendo sus colores; y cuando llegó la hora del juego –destacando el enorme gesto de Ronald Raldes, que le cedió el cintillo de capitán– el equipo lo sintió.
Después de una emotiva ceremonia en la que recibió una camiseta en condecoración de su trayectoria, era hora de que ruede el balón en el Siles. El equipo, golpeado tras la goleada en Maturín, empezó bien, pero se fue apagando con los minutos. Y cuando Gabriel Valverde se fue expulsado, el partido se puso cuesta arriba.
Fue entonces cuando apareció la figura del capitán, que asumió el rol de primer marcador central y empujó al equipo, cortando con mucha solvencia un peligroso ataque paraguayo, a lo que terminó siendo la única conquista del compromiso, para ponerle un digno final a su historia en La Verde.