Hace algunos años, el fútbol nacional le abrió sus puertas a los futbolistas españoles. El pionero fue Wilstermann, que rompió el mercado con la incorporación de quien terminaría siendo su gran figura: Gerardo García Berodia. Posteriormente, el arribo de Miguel Ángel Portugal al banquillo de Bolívar trajo consigo a Juan Miguel Callejón, José Luis Sánchez Capdevila y Eduardo Moya. El nexo había terminado de establecerse. Hoy, la llegada de los hispanos no es poco común. Y, en cada periodo de fichajes, son varios los equipos que optan por ellos para reforzar sus líneas. Hoy, la novedad es otra. Más de tres años después del inicio de la fiebre española, el mercado boliviano vive otro fenómeno: el boom venezolano.
Para este torneo, llegaron tres futbolistas con esa nacionalidad: Manuel Arteaga, Grenddy Perozo y José Ali Meza; duplicando la cifra preexistente. Un dato significativo. Antes de ellos, Carlos García, Bernardo Añor y César Renato Baena habían pasado por el fútbol nacional; todos ellos, en la década de los ochenta, y con muy poca participación en sus respectivos equipos. García ni siquiera llegó a debutar en el arco de Aurora; Añor sólo jugó diez partidos en Destroyers, anotando dos goles; y Baena sólo atajó en seis encuentros durante su paso por Oriente Petrolero. Antecedentes poco alentadores. Sin embargo, sobre el cierre del último torneo, hubo un factor fundamental para reinstaurar el vínculo.
Por una “situación coyuntural”, según sus palabras, César Farías se hizo cargo de la dirección técnica de The Strongest. Al principio, por su trayectoria y alta cotización, pintaba para ser un paso efímero; pero, tras arduas negociaciones, el club se las arregló para atarlo por un año más. Ahí empezó todo. Con toda una temporada por delante, lo primero que hizo el ex entrenador de la Selección venezolana fue pedir a uno de sus compatriotas para reforzar al equipo: Manuel Arteaga, del Palermo italiano. Parecía muy difícil de concretar, pero después de ser contactado por Farías, que lo había dirigido en juveniles, el futbolista no dudó.
El siguiente en dar el paso adelante fue Sport Boys; uno de los equipos que más invirtió en incorporaciones. Caída la transferencia de Luis Gutiérrez, que eligió volver a Bolívar pese a tener un acuerdo de palabra con la institución, el presidente del club sorprendió al anunciar la llegada del experimentado Grenddy Perozo, proveniente de la segunda división portuguesa. Y, por último, Oriente Petrolero sumó a su delantera a José Ali Meza, que también militaba en el ascenso de Portugal, para terminar (por ahora) la lista. ¿Habrá más novedades antes del cierre del libro de pases?
