Paolo Guerrero jugó un partidazo y fue clave para su selección, capítulo mil. El máximo goleador en actividad de la Copa América (13 goles) expuso toda su jerarquía contra Chile. Fue un capitán modelo dentro y fuera del campo.
Jugando, mostró todo lo que debe hacer un centrodelantero en el fútbol moderno: jugar de espaldas, asociarse con sus volantes, buscar faltas… Y declarando, dijo lo justo y necesario de cara a la final del domingo.
“Yo respeto mucho a Brasil. (…) Pero para nosotros, dentro del campo, no hay favoritos. No lo pensamos en el campo. Tenemos que hacer nuestro trabajo con humildad y ser agresivos en el campo”, expresó en zona mixta.
“Para mí, los goles están en tercer lugar. Lo importante es alcanzar los objetivos del grupo. (…) Este equipo luchó muy duro para llegar a la final y hoy todos deben ser felicitados”, concluyó. Un líder nato.
