(Jorge Gonzales). “Primero, un rico sandwich de chorizo y al comenzar el segundo tiempo, un cafecito con pucacapas” – eran mis planes. Pues desperté con la firme idea de, por la tarde, ir al estadio Hernando Siles de La Paz, para ver el choque entre The Strongest (32) y Universitario (34) de Sucre, pues vislumbraba un buen cotejo, teniendo en vista que ambos equipos son candidatos al título.
Era el típico encuentro en el que 6 puntos estarían en juego.
Como el encuentro estaba marcado para comenzar a las 15h00, tuve el cuidado de estar en Miraflores a las 14h30; busqué dónde estacionar, fue difícil, pero encontré un lugarcito.
Aliviado, pensé en comprarme una entradita en la curva norte, lugar que pertenece a Bolívar y, por lo tanto, imaginé estaría casi vacío.
“Primero, un rico sandwich de chorizo y al comenzar el segundo tiempo, un cafecito con pucacapas” – eran mis planes.
“Jefe, 5 pesitos”, me dice una señora, preocupada en equilibrar en su boca algún alimento. Es el precio “camarada” que se paga para dejar el coche en la calle. “cuando hay clásico es 10 pesitos”, se apresura a decirme, al oír mis reclamos.
Cuando ya me alistaba para cerrar el coche, le escucho protestar a mi estimado amigo Quique Rivera, relator del programa La Red Deportiva de Bolivia. “!No es posible que el árbitro no haya llegado al Siles!”, exclama Quique.
Alerta suficiente para volver al auto y esperar la noticia completa. Llega: faltaban 10 minutos y no había árbitro, pues su vuelo, desde Trinidad, Beni, había sufrido un percance.
Claro que para solucionar esos imponderables está el “cuarto árbitro”, raciocinio dentro de mí, pero, conociendo el fútbol boliviano, espero prudentemente, mientras la “dueña” de la calle Carrasco, me mira y no entiende nada.
“Ya hemos llamado a un árbitro que está viniendo desde Oruro; en este instante está en Patacamaya”, dice Marcelo Ortubé, vice ministro de deportes del Estado Plurinacional de Bolivia y (esta es Bolivia) aún presidente del Colegio de Árbitros de la Liga.
“¿En Patacamaya?!” Grita Quique, “!va a tardar hora y media!” concluye, calculista.
Mientras tanto, a las 16h00, dirigentes de ambos equipos, el veedor y el vice ministro, se encerraban para una reunión, urgente.
Media hora después, anuncian, solemnemente, que el partido había sido suspendido y que será jugado el lunes, a las 20h00.
Decisión salomónica, para atender intereses de ambos equipos, socapar las fallas de organización, incumplimiento absoluto de las normas.
La explicación de Ortubé: No se utilizó al Cuarto Árbitro, porque él es de La Paz y “los equipos bolivianos son muy susceptibles al regionalismo”.
Noten ustedes que en ningún momento mencioné al público; es que, para todos, absolutamente todos los actores envueltos en esta tragicomedia, el público es lo que menos interesa, tanto es así que a las 6 de la tarde todavía había gente haciendo fila para que le den una seña con la que volverá al Siles, mañana lunes.
Estimadas y estimados lectores del exterior de Bolivia, no estoy confundiendo crónica con ficción, simplemente estoy contando lo que sucede en la Liga del Fútbol Profesional Boliviano.