Corría el primer minuto de adición en el Víctor Agustín Ugarte; minutos atrás, y de penal, el local había conseguido la igualdad tras varios intentos fallidos, y parecía que ya no habría tiempo para más. Sin embargo, cuando el arquero azucarero, Carlos Arias, se disponía a jugar un tiro libre, el juez Nelson Barro interpretó que estaba haciendo tiempo; le mostró la segunda tarjeta amarilla e inmediatamente la roja. Todo era furia en el equipo que había luchado arduamente para sacar un resultado positivo de una cancha muy complicada, pero ese era sólo el principio.
Y después, tras más de cinco minutos de reclamos airados de los jugadores del cuadro montereño, el arbitro determinó expulsar a José Alfredo Castillo –que se aprestaba a improvisar como arquero (Justiniano ya había agotado los tres cambios) y, según Barro, lo insultó a la pasada–, desatando aun más la furia de todos los integrantes de la delegación del equipo visitante, que se quedaba con nueve hombres en cancha. Pero finalmente, el partido continuó.
A esas alturas, ya se jugaba el décimo primer minuto de adición, y pasó lo que se esperaba: Nacional aprovechó la superioridad numérica –y las limitaciones técnicas de Añez como arquero– para anotar el gol de la victoria a través de un cabezazo de Carlos Tordoya.
Se jugó hasta el minuto 115, y cuando el referí tarijeño marcó el medio de la cancha para indicar el final del partido, muchos integrantes del banco de Guabirá salieron disparadas a buscarlo, pero poco tiempo después, los policías lo rodearon para brindarle protección. Y hasta ahí llegó la transmisión televisiva, pero el final de la polémica no está cerca, porque la dirigencia del club ya determinó que tomará medidas.