Pasaron doce años para que José Alfredo Castillo pueda celebrar un gol en Copa Libertadores de América, un goleador con una trayectoria larga, que entre otros recuerdos tiene un hat-trick a Boca Juniors en La Paz jugando para Bolívar.
Aplaudido en el Tahuichi, un ídolo del clun Refinero, ni bien lo llamó Azkargorta, el 18 fue ovacionado por la tribuna, eso sucede siempre, pero en la Copa se sintió más esa ovación como un suspiro de esperanza para la hinchada orientista. Ingresó por Sergio Almirón -de quien los hinchas desconfían aún- ese su intento de irse y volver con el pase frustrado no cayó bien en la gente. Y al parecer al jugador tampoco le vino bien, se lo ve distinto, sin fuerza, sin su esencia goleadora.
Así entró el Pícaro, buscando cazar alguna pelota suelta, lo hizo, anotó el único gol local a 15 minutos del final, sin embargo no alcanzó para mucho más, “Contento de volver a marcar en la Copa, pero es una lástima que no haya servido, en lo grupal, la derrrota duele mucho”, dijo el goleador.