Amor:
No es fácil de explicar porque así son los sentimientos, poco amigos de los diccionarios, tan amigos ellos de las definiciones. Hasta tomamos una frase para esos momentos en que tenemos que explicar lo inexplicable: “si no lo sientes, no lo entiendes”. No sé a quién tenemos que agradecerle la autoría, pero la divisa ahora es nuestra y la usamos para terminar esa discusión inacabable que comienza con “¿por qué?”, “¿otra vez? Ya fuiste la otra semana” y que no tiene fin. ¿Te diste cuenta que comencé a hablar en plural? Nosotros. Es que no soy el único, ni somos pocos. Cuando nos dicen pocos, nos reímos porque “ser muchos” nunca ha sido garantía de nada, ni siquiera en las elecciones. Tal vez por eso nos hacemos escuchar más fuerte. Tal vez por eso somos más apasionados: no nos interesa ser “muchos”, aunque siempre parezca mejor, nos interesa ser lo que somos, sentirlo y decirlo. Nuestro orgullo no es sinónimo de soberbia, sino de la accidentada búsqueda de nuestro lugar. Y créeme, nos lo hemos ganado.
A estas alturas, si me conoces lo suficiente, si eres consciente de los colores que lleva mi corazón, ya entiendes el sentido de esta carta.
Sólo quiero que entiendas que esta historia, este sentir, todo esto que he tratado de describirte, es algo más fuerte que yo. Comprende por favor que de esto se trata ser del Más Fuerte.