Muchos compatriotas nos cruzaron en los caminos de Brasil 2014, algunos residentes, otros aventureros, otros menos con un viaje planificado y con entradas en mano, pero la tricolor se hizo sentir en el Mundial.
La cercanía de la sede del Mundial con el país era una invitación, casi una tentación a lanzarse a ver cómo se vive la fiesta más grande del fútbol, por eso nos cruzamos con gente de Santa Cruz, La Paz, residentes bolivianos en Sao Paulo, Río de Janeiro, muchos más que no pudimos dialogar, pero que seguro estuvieron entre los millones de turistas caminando las calles de Brasil.
Diferentes experiencias pudimos recoger, en algunos casos llegaron a pagar entre 800 o 1000 dólares una entrada, esos aventureros, fueron con ganas de ver un partido de fútbol y disfrutar con el resto de su dinero de las playas, de los sabores y placeres de un país tan rico en estructura turística, como es la experiencia de Mariana.
Otros anduvieron buscando entradas en los alrededores del estadio, con la esperanza de pagar menos de 500 dólares para poder seguir solventando su estadía en Brasil, con suerte Jorge, lo logró y como nos contaba no fue fácil, tuvo que recurrir a una amigo de un familiar e intercambiar una con otro amigo por la fechas para que puedan lograr ambos asistir al menos a un juego mundialista.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=07Z5I6XVWIA[/youtube]Distinto el caso de Freddy residente boliviano hace 30 años en Sao Paulo, que sólo se acercó a Itaquerao a curiosear con la familia, intentando averiguar la posibilidad de un acceso al estadio pero no tuvo suerte, le toco como a muchos vivir la fiesta en casa con un buen churrasco.
Camino al Mineirao, nos encontramos con tres amigos cruceños, Carlos, Paola y Andrés, que intentaban seguir a la selección Argentina, hasta minutos antes del partido seguían mandando mensajes a ver si era posible ayudarlos para conseguir uno. No tuvieron más remedio que irse al Fan Fest en los tres partidos de la albiceleste en primera fase y se quedaron con el deseo de ver a Messi en vivo.
Experiencias como estas, varias, otros fueron más preparados, Sergio y Yasmani, planificaron su viaje hace mucho, con entradas compradas por el portal FIFA, llegaron a ver partidos sin problemas, además claro se ahorraban algunos reales buscando estadía con familiares y amigos, para conseguir un par de entradas más de la reventa, tuvieron éxito.
Otros decidieron viajar en grupos Osvaldo, Ana, Mateo, Fabián, Guido, llegaron desde La Paz con un mix, algunos con alguna entrada, otros en busca de algún acceso, pero todos la pasaron fenomenal en el Fan Fest, hasta se dieron el lujo de jugar al fútbol en la playa con equipo casi completo de Bolivianos, disfrutando de esa otra parte, que daba Río de Janeiro cuando no se podía entrar a los estadios, playa, sol, cayasa, cerveza y la típica alegría de la gente carioca.
Mala suerte para un grupo grande de cruceños que llegaron con la esperanza y confianza de haber adquirido un paquete completo, en un hotel cinco estrellas de Río, la agencia de viajes boliviana, los estafó, o bueno, les incumplió ante la denuncia de la misma agencia de haber sido estafada también, los dejó colgados y con la ilusión de ver un juego.
Así de variable fue la vivencia boliviana en Brasil, mucha gente invirtió mucho y pudo ver poco fútbol, pero pasarla bien. Otros se quedaron mejor sólo con los segundo y los menos decidieron pagar fuertes cantidades para disfrutar más fútbol. Eso sí, por donde iban era fácil identificarlos, una tricolor, una camiseta de Bolívar, The Strongest, Oriente, Wilster, del que fuere, todos orgullosos luciendo su nacionalidad y su pasión en el lugar donde el planeta fútbol reposó sus amores.