BELO HORIZONTE. El primer día de trabajo en la tercera sede de Bolivia fue a puertas cerradas, lejos de la ciudad y de los medios, esa es la decisión del cuerpo técnico que espera en Belo Horizonte el último partido de la fase de grupos.
La Selección entrenó en el complejo Cidade do Galo, a dos horas del centro de la ciudad y bajo un estricto control policial, como en todas las sedes.
El equipo se dividió en dos grupos, los que jugaron de los que no jugaron, y entre los que sí tuvieron minutos, estuvo Marvin Bejarano que trabajó liviano como el resto de sus compañeros, dejando atrás el susto del golpe sufrido en el último gol ante Perú.
Al respecto el doctor Aranda explicó que tras los estudios se le descartaron lesiones de gravedad.