Cochabamba ha sido testigo de un evento deportivo que ha marcado un hito en el tenis juvenil boliviano. El pasado sábado, la ciudad vio cómo los tenistas nacionales se alzaban con la mayoría de los títulos en el segundo certamen internacional juvenil, una competencia que forma parte de un circuito más amplio que tendrá su gran final en Santa Cruz.
Los jóvenes tenistas bolivianos han demostrado su destreza y su espíritu competitivo al imponerse en 10 de las 12 categorías en juego, abarcando las divisiones Sub-18, Sub-16 y Sub-14. Estos triunfos no solo son un reflejo del excelente nivel de entrenamiento y dedicación, sino también un augurio de lo que está por venir en la próxima etapa de la gira.
La competencia no termina aquí. Los tenistas se dirigirán a Santa Cruz para continuar la gira con el Totai Junior Open y el J60. Estos torneos representan una nueva oportunidad para que los jóvenes tenistas bolivianos sigan demostrando su potencial y continúen su racha de victorias.
En Cochabamba, los campeones locales brillaron con luz propia. María Gutiérrez se alzó con la victoria en la categoría Sub-18 femenina, mientras que en dobles, las parejas de Dayanara Velasco y Flavia Villegas, así como Diego Álvarez junto a Felipe Moretti, se impusieron con autoridad, dejando en alto el nombre de Bolivia.
El AG5 fue testigo de la supremacía boliviana, con siete títulos que quedaron en casa. Los triunfos en singles de Thiago Solis, Omar Vargas y Catalina Gonzáles, así como las victorias en dobles, son un claro ejemplo de la fortaleza y el futuro prometedor del tenis boliviano.
A pesar del dominio local, el torneo también celebró el talento internacional con las victorias del chileno Thomas Menzel y la argentina Malena Molina, quienes se llevaron los títulos restantes del torneo.