La historia contará que un día de enero de 2009, llegó a Bolívar un jugador de otra liga, se llamaba William Ferreira. Y que nueve años después y en el medio de una relación con muchas idas y vueltas, se fue de la Academia como el goleador histórico de los Clásicos, anotó 183 goles con la camiseta Celeste en torneos oficiales, y se colgó el cartel del último ídolo que tuvo Bolívar.
A pesar de esa relación de amor y desamor. Porque a William hay quienes no le perdonaban que se haya ido antes de la histórica semifinal de la Libertadores 2014, pero todos saben que la Academia llegó allá por el momento más brillante de Ferreira con Bolívar. Con goles (¡golazos!) -inolvidables – en México y en la Ciudad de Lanús, logró instalar a los Celestes en esa instancia. Los problemas entre la dirigencia (o gerencia) y su representante, hicieron de ese momento insostenible para su continuidad.
Ya en ese entonces, se fue, siendo el goleador histórico de los Clásicos Paceños, sitial que siempre perteneció a un jugadores de Bolívar, antes de él, Fernando Salinas estaba en ese lugar; Es que los Clásicos eran especiales para Sir William. Cómo no recordar el día que hizo un gol de tijera y además terminó siendo arquero. Ese era Ferreira en los Clásicos, una pesadilla para sus rivales. Pero en sus ausencias, poco a poco se acercó su némesis en esa lucha por ser goleador histórico: Pablo Escobar, que llegó a emparejar las cifras en algún momento. Y entonces volvió La Fiera, era el segundo regreso del Charrúa -que militó en Bolívar entre 2009 – 2012, luego 2013/14 y a mediados de 2015- volvió para consagrarse como ídolo. En tres años y medio y sin ser titular indiscutido, anotó 43 goles en el torne local, varios de ellos en el Clásico, volviendo a sacar ventaja de dos goles sobre Escobar, cerrando así ese tema, quedando él como goleador histórico; Peleando desde su nueva trinchera, un lugar en el equipo, siendo siempre el líder positivo de un grupo que lo reconoció como tal, y que, en su último partido en el Siles, terminó anotando un doblete, siendo coreado por una afición, que dejó atrás cualquier diferencia, para decirle gracias. Era la última función, William lo sabía, la gente lo sospechaba, era una despedida.
Ferreira no seguirá en el Club, y seguramente llevará sus goles por otra institución, parece difícil pensar en un regreso, seguramente la temporada 2018, habrá sido la última para un tremendo profesional en la Academia, que llegó en silencio, y se fue en silencio, pero en el medio se instaló en ese firmamento de estrellas inolvidables que vistieron la Celeste.
