Hubo fiesta antes y durante el compromiso, pero no al final. La tristeza y la frustración se adueñaron del Hernando Siles, salvo de la minoría que festejó mesuradamente. A Bolívar le ganaron los nervios y la presión, aun así rozó la hazaña. Bruno Sávio rompió la muralla de Flamengo, mas fue el único. La Academia ganó 1 a 0, solo que no le alcanzó para igualar la serie ni para seguir en la Copa Libertadores.
La hinchada de Bolívar cargó de buenas energías al plantel con un potente pasillo a la llegada del bus al estadio. También se encargó de recibir de manera hostil a la visita. A la par, la gente empezaba a copar el Hernando Siles. A una hora del partido, el escenario paceño estaba a más del 50% de capacida. La música acompañaba la fiesta y los aficionados cantaban y gritaban repetidamente: “Sí, se puede”.
A Flamengo le funcionó la estratega de llegar a pocas horas del juego a La Paz. Desde el minuto inicial se mostró firme. Al contrario, Bolívar estaba impreciso y con claro reflejo de ansiedad. Pese a eso, cuando los ataques fluyeron, obligaron a Agustín Rossi a reaccionar. Después, el arquero argentino fue el principal encargado de desesperar al local, pues le daba respiro a sus compañeros demorando en cada saque.
Bolívar en la primera parte registró 10 remates, solo 2 fueron con dirección de portería. Flavio Robatto decidió mantener a su mismo onceno para el complemento. En un principio, el control del balón todavía no se había traducido en intensidad.
Sin embargo, los brasileños de Bolívar aumentaron más la ilusión de los Celestes. Fábio Gomes metió un centro perfecto a la espalda de los defensores y Bruno Sávio cruzó la pelota con un cabezazo. En ese momento, el Siles explotó de algarabía. Todos desde la cancha hasta fuera de las fronteras levantaron el puño esperanzados por otro tanto.
Flamengo supo reponerse. Al poco tiempo, Tité refrescó a su equipo con cambios. El cansancio en la visita era cada vez mayor. Bolívar acabó ahogando por completo a su rival. Antes del gol y después, Bruno Sávio y Henry Vaca estrellaron la pelota en el travesaño. De esa forma, la Academia rozó la hazaña. En los últimos minutos, pecó por asegurar las jugadas y sumada la presión del tiempo jugó contra sí mismo.
Sobre el final, una imprecisión acabó en la expulsión con roja directa de Anderson De Jesús. Bruno Henrique corrió con campo libre frente a Carlos Lampe que ya había resuelto tres mano a mano, pero el zaguero brasileño en su intención de vencer al delantero rival lo tumbó como último hombre.
Con tan solo 5 minutos de adición, Bolívar terminó siendo dominado por la presión. El pitazo final desplomó a locales y visitantes. Flamengo celebró con tranquilidad su pase a Cuartos, incluso Bruno Henrique consoló a Carlos Lampe en señal de respeto. No fueron las únicas lágrimas, Renzo Orihuela y otros, así como muchos hinchas, se retiraron devastados. Se acabó la Copa Libertadores para los equipos bolivianos.