Bolívar mantiene viva su ilusión en la Copa Libertadores con jerarquía y personalidad. La definición de los penales determinaron su camino, sus ejecutores no fallaron ante Athletico Paranaense en Brasil, territorio conquistado por pocos. La Academia vivió una jornada heroica, una hazaña que seguramente será recordada entre las más importantes no solo en su historia, sino también en la del fútbol en Bolivia.
Bolívar resistió la intensidad de Athletico Paranaense y los penales esperaron con una recompensa especial. Los ejecutores de la Academia tuvieron la sabiduría para disparar hacia los costados: Diego Bejarano, Carmelo Algarañaz y Bruno Sávio a la derecha, Leonel Justiniano y Fernando Saucedo a la izquierda, dejaron toda la presión en Thiago Heleno.
El capitán del Furacão estrelló el esférico en la zona izquierda del travesaño y la alegría celeste estalló. Beñat San José entre lágrimas y los jugadores con el puño en alto, la misión estaba completada después de tanto esfuerzo. “Ganarlo con algo que practicaste es una gran satisfacción”, aseguró el estratega que confió en las sustituciones de Bruno Sávio, Fernando Saucedo y Carmelo Algarañaz, lectura que no falló en el momento decisivo.
La redonda esta vez le mostró una sonrisa a Bolívar que obtuvo su pase a cuartos por primera vez como visitante. Una revancha con la historia, anteriormente los 12 pasos le negaron la alegría en 1988 con Newells Old Boys en Argentina por 3 a 2 y 1989 con Millonarios en Colombia por 4 a 3.
La única vez que la clasificación llegó desde los penales fue el 2000 contra Nacional de Uruguay por 5 a 3 con Adrián Lozano, Julio Ferreira, Joaquín Botero, Wilson Sánchez y Julio Baldivieso como figuras. El partido de ida fue derrota por 3 a 0, en el Siles los encargados de igualar la serie fueron Ronald García, Ferreira y Baldivieso dentro los 22 minutos iniciales. La historia se acabó cuando Rubén Da Silva falló para el Bolso ante la respuesta de Damián Maltagliati.