Era una noche para soñar en grande y Bolívar hizo el sueño realidad con una hazaña histórica en Paraguay por la Copa Libertadores. Cada partido es un cuento aparte, pues en el fútbol no hay lógica. La Academia escogió el momento más ideal para renacer, lo hizo dando el batacazo en el Grupo C al golear de visitante por 4 a 0 a Cerro Porteño.
De entrada, Bolívar dio señales de dinamismo y agresividad. Al minuto, Tonino avisó con un remate de larga distancia. Abajo la Academia mostró orden y seguridad. Es así que a los 15 minutos Villamil se encargó de bajarle la moral a uno de los mejores arqueros del torneo. Recibió la pelota y sacó un potente remate que engañó a Jean para el primer gol.
Era el mejor momento de los Celestes ante la incredulidad del entorno de Cerro. Fueron ocho minutos de ensueño. A los 23, Algarañaz encaminó una contra, Bejarano acompañó, mandó un centro y Piris da Motta desvió el esférico a su propio arco. Segundos después, nuevamente por derecha, Pato habilitó a Diego y este anticipó al portero para definir con un toque sutil.
El equipo paraguayo intentó mantener la cordura, pero el elenco boliviano lo neutralizó. Ni los cambios le funcionaron a Cerro que si superaba la última línea se encontraba con la seguridad de Lampe. Por eso al inicio del segundo tiempo, Patito con su velocidad y su agilidad definió frente a Jean para el cuarto festejo que increíblemente también fue el definitivo.
Sobre el final del juego, la intensidad de la Academia bajó, aunque jugaba con orden y seguridad. A los 86, en una jugada fortuita Roberto Carlos terminó pisando a un rival, por lo que con asistencia del VAR recibió la roja de manera directa. Cerro Porteño ya estaba frustrado porque ni siquiera pudieron concretar sus más claras opciones.
Se produjo el pitazo final y la algarabía se desató en la minoría de la Nueva Olla. Fue el primer triunfo de la Academia en Paraguay por Libertadores, fue la primera vez que anota más de tres goles fuera de Bolivia en su historia y fue la tercera vez que un equipo boliviano hace cuatro tantos fuera del país. Bolívar dio una muestra de que está permitido caer, pero levantarse es una obligación. Lo hizo a lo grande.