Bolívar volverá a Brasil este jueves desde las 20:30 horas para medirse con Flamengo por los octavos de final de la Copa Libertadores, una oportunidad histórica que solo una catedral del fútbol como el Maracaná puede ofrecer. La Academia enfrentará nuevamente a un rival de este país y su ilusión por arrancar la serie de la mejor manera es notoria.
Serán 19 partidos de Bolívar en Brasil, 18 por la Copa Libertadores. Si bien salió derrotado en 15 ocasiones, la última ante Flamengo en mayo de la temporada en curso, también apuntó 1 empate y 1 victoria. Al mismo tiempo, recibió 52 goles y anotó 8 bajo la firma de Juan César Silva (3), Carlos Borja, Edgar Olivares, Joaquín Botero, José Luis Sánchez Capdevilla y Ricardo Pedriel.
El registro en octavos de final ante adversarios brasileños inició en 1995 con Palmeiras, ganó en La Paz con tanto de Miguel Mercado pero no pudo evitar la goleada en la revancha. La segunda fue el 2012 contra Santos de Neymar, el triunfo en el Siles lo comandó Jhasmani Campos, sin embargo, en São Paulo fue una pesadilla.
La tercera fue la vencida el 2023, Ronnie Fernández y Diego Bejarano sorprendieron a Athletico Paranaense en Miraflores y por más que el Furacão igualó la llave en Curitiba, los penales sonrieron al Celeste. El 2024 toca Flamengo y a diferencia de los registros previos, ahora Bolívar tendrá la oportunidad de definir la serie como local al clasificar como puntero de su grupo.
Los jugadores aseguraron su confianza y motivación en la previa a este importante partido y la camiseta que llevan también los invita a soñar. La Academia es el primer equipo boliviano que ganó en Brasil, lo hizo el 2002 venciendo 1 a 2 a Athletico Paranaense con el brillo de Edgar Olivares y Joaquín Botero, además del comando técnico de Vladimir Soria.
El Motor también fue parte del cuerpo técnico en el empate por 2 a 2 con Flamengo el 2014, José Luis Sánchez Capdevilla y Ricardo Pedriel convirtieron a la Academia en el único representante de este país que logró sumar en el Maracaná. Con estos registros, Bolívar se anima a soñar una vez más.
