El estadio rojiblanco se prepara para una fiesta con la visita del conjunto de Mourinho en la ida de una semifinal apasionante (2.45 HB).
Desde hace días no hay entradas y la reventa funciona en un Vicente Calderón que vive instalado en la euforia. Tras años de sufrimiento, llegan los días más ilusionantes para el Atlético de Madrid. Además de la Liga, la Champions League se ha convertido en un objetivo real para un equipo por el que pocos apostaban a principio de temporada como posible finalista de la máxima competición continental.
Partido a partido, lema que ya nadie se atreve a discutir a Diego Simeone, los rojiblancos han ido convenciendo a los escépticos y, después de 40 años, su hinchada ve cada vez más cerca la posibilidad de disputar otra vez una final de la Copa Europa. Bruselas y el Bayern es una herida que aún sangra y el enfrentamiento ante el Chelsea es el penúltimo obstáculo para taponarla definitivamente.
De por sí ya atractiva, esta eliminatoria aumenta de grados porque los ingleses llegan bajo la pizarra de Jose Mourinho y, sobretodo, porque en el vestuario rival se vestirá el futbolista que sacó a «su Atleti» de la penosa travesía por Segunda división. Rojiblanco de corazón, Fernando Torres regresa a la casa que abandonó en 2007. A orillas del Manzanares se le espera con los brazos abiertos, pero los seguidores tienen claro que, este martes, es un enemigo más.
La afición del Atlético sueña despierta y se ha movilizado para ser el jugador número doce ante los ingleses. Es un encuentro entre dos estilos de juego semejantes, casi gemelos. Cuchillo entre los dientes por encima de todo. Contundencia defensiva, presión, intensidad, y rapidez en el contragolpe son las armas favoritas de ambos técnicos.
Simeone y Mourinho beben de las mismas fuentes. El esfuerzo y la entrega de los futbolistas es, más que nunca, innegociable. Los dos entrenadores tienen muy claro que el pase a la final se resolverá dentro de una semana en Stamford Bridge y los riesgos están absolutamente prohibidos en el duelo de ida.
Fuente: ABC.es