Una declaración repetida por técnicos y jugadores de nuestro fútbol cuando las derrotas suman y la protesta de los hinchas se escucha con insistencia, reclamando un rendimiento acorde con la remuneración que reciben.
Cada vez que una expresión de esa naturaleza es publicitada, más de uno se pregunta. ¿Qué significa asumir la responsabilidad de los contrastes? ¿A esas declaraciones se acompaña algún compromiso que vaya en beneficio de la entidad afectada?
Si eso sucediera en una empresa particular o un organismo de estado, supone que quien es declarado responsable debe reponer las pérdidas ocasionadas por su negligencia ó incapacidad de responder profesionalmente a las funciones asumidas.
En el fútbol no, nada de eso. Nadie carga, por ejemplo, con las perdidas que las continuas derrotas originan. Las recaudaciones que disminuyen en gran porcentaje, porque el hincha boliviano no aporta su concurso cuando su equipo no está en los sitiales que el supone debe conseguir dada que la inversión efectuada, es problema del directorio de turno y nada mas.
Nadie asume los perjuicios que originan en las arcas de un plantel, cuando este no consigue clasificar a un torneo internacional y pierden miles de dólares que es la retribución al logro de ese objetivo.
Por eso creo que es hora de meditar algunas respuestas y no reaccionar hormonalmente al calor de un contraste que deja huellas en el ánimo de protagonista de una confrontación deportiva.
La madurez que se consigue a lo largo de años de vigencia en cualquier actividad, debe servir para aceptar críticas, de la misma manera que se debe recibirse los elogios; criteriosamente.
Lo contrario se asemeja mas a una posición altanera que podría ampliar la frase con un… “Asumo la responsabilidad ¿y qué?