Un clásico como el que enfrenta a Bolivar y The Strongest deja siempre abundante material tanto para el análisis como el comentario. Con mayor razón el recientemente disputado, no solo por el deficiente rendimiento de los dos equipos, sino también por el protagonismo de los fiscalizadores.
Pasada la tormenta en lógico que todos, y especialmente los interesados, busque el porqué de lo sucedido el miércoles pasado.
Uno de los protagonistas llegaba tras una victoria y un liderado que mantendría sea cual fuese el resultado. El otro buscando recuperarse anímicamente después de la eliminación en la Copa Libertadores y un contraste inusual como local en el torneo liguero.
Todo parecía anticipar una gran producción, por que se esperaba un planteamiento ofensivo buscando sobre todo la victoria, que era lo que ambos ambicionaban.
Sin embargo nos encontramos sorprendidos, al ver a dos equipos que parecían instruidos sobre la importancia de no perder, así sea volviendo al fútbol de destrucción, en el que últimamente han hecho hincapié muchos DT. para evitar derrotas, especialmente en el campo internacional.
Si a ello agregamos la excesiva presión que sintieron los jugadores, encontraremos algunas razones para explicar el porqué tuvimos que soportado un partido tan aburrido como fue el que ofrecieron celestes y atigrados.
Después de un encuentro con esas característica lo menos que uno espera, es que los responsables den una explicación y anuncien la búsqueda de remedios para el futuro, pero para mayor sorpresa hubo quienes, incluso, se fueron conformes con el rendimiento y sólo molestos por no haber ganado.
¿…Será que la mediocridad los satisface y es esa una de la razones para no vislumbrar progreso alguna…? El tiempo lo dirá.