Foto: El Día
El sábado por la noche Sport Boys predió su segundo partido seguido, y Bolívar sabía que, ganando, tomaría la punta por primera vez en lo que va del campeonato. Las últimas victorias, en el Clásico paceño y de visita ante Real Potosí, habían significado un impulso anímico importante, y el sueño de conseguir el tricampeonato estaba más vivo que nunca, pero para confirmar su candidatura, quedaba un rival a vencer antes de mirar a todos desde arriba.
El Tahuichi Aguilera era el escenario del vital partido, Blooming, el rival. En el duelo de tradicionales celestes, a Bolívar le tocó vestir su camiseta alterna, ploma con detalles celestes. Blooming tampoco usó su tradicional indumentaria, se visitó con su segunda equipación, más azul que celeste, en general muy parecida a la primera –misma confusión que derivó en la demora del inicio de dos partidos anteriores—pero distinguible de su rival.
La primera mitad terminó con victoria del local, y en el descanso cambió algo más que el planteamiento bolivarista. Pasado el descanso, la Academia paceña sorprendió al regresar de los vestuarios con su tercera camiseta, de color turquesa, misma con la que había goleado a Real Potosí en su estadio, y que ya había usado en Sucre y Cochabamba. La historia cambió rápidamente, y a los ocho minutos de la segunda etapa Bolívar ganaba y cumplía su misión.
El vigente bicampeón tuvo entre sus manos la primera colocación por más de cuarenta minutos, tomando en cuenta el tiempo de adición, pero se le escapó en el último segundo, Blooming consiguió la igualdad en el quinto minuto de reposición, y Bolívar volvió a la segunda posición, a un punto de Sport Boys, y con uno de ventaja sobre el tercero, The Strongest, a falta de cinco fechas para la definición.
