La reunión de la Conmebol se celebrará a puertas cerradas en la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y estará encabezada por el presidente del organismo, el paraguayo Juan Ángel Napout.
Dos vicepresidentes de la Conmebol están detenidos por el caso de corrupción de la FIFA, el venezolano Rafael Esquivel y el chileno Sergio Jadue, así como también está preso uno de los expresidentes de la Conmebol, el uruguayo Eugenio Figueredo.
El pasado lunes, Napout afirmó en Asunción que la reunión de la Conmebol estudiará la situación deportiva de sus vicepresidentes, aunque rechazó valorar asuntos jurídicos referentes a esos casos.
A estas ausencias se suma la reciente dimisión del presidente de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), Luis Bedoya, que el pasado 9 de noviembre dejó el cargo para viajar a Estados Unidos para colaborar con la justicia, aunque su nombre no ha sido citado en las investigaciones de este caso.
El presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Carlos Chávez, también fue detenido en su país, pero por un caso de corrupción ajeno a la cúpula de la FIFA. Y allá no la reconocen a la dirigencia actual, dejando sin poder de acción a la FBF por el momento.
El anfitrión de la reunión, el brasileño Marco Polo del Nero, también es investigado en su país por el caso de corrupción en la FIFA por el que fue extraditado a Estados Unidos desde Suiza su antecesor en la CBF, José María Marín.
Desde la detención de Marín el pasado mayo, Del Nero no ha vuelto a viajar a las reuniones de la Conmebol ni de la FIFA, tampoco ha acompañado a la selección brasileña a sus partidos fuera del país y el pasado fin de semana no participó en la entrega del título de liga al Corinthians.
Según la prensa brasileña, Del Nero planea renunciar a su cargo en el Comité Ejecutivo de la FIFA, para el que nombraría a un sucesor de su país.
