Medel estuvo en duda hasta último momento. El lunes tras la derrota contra Holanda sintió una molestia. Recién dos días después se hizo estudios: tenía un desgarro en el muslo izquierdo. “No me iba a echar para atrás, iba a jugar sí o sí, aunque estuviera en una pierna”, explica en zona mixta el ex Boca, recordado por marcarle dos goles a River en un superclásico, en la Bombonera.
Pese a todo, Gary fue el líder de una defensa que jugó con el corazón. Presionó, marcó y empequeñeció a Neymar. Hasta se hizo fuerte en el juego aéreo, pese a que mide sólo 1,71 m. Estuvo 108 minutos en la cancha con ese dolor a cuestas, hasta que en el segundo tiempo suplementario debió ser reemplazado. Ya no podía caminar. Incluso, llegó rengueando al banco para saludar uno por uno a sus compañeros.
“Tenía un desgarro muy grande, me entregué por completo. Nunca jugué con tanto dolor”, dijo al pasar por la zona mixta.
“Dije que no iba a llorar, pero pensé en toda la gente que sufrió por Chile, por terremotos, incendios, el sur que se inundó todo. Me acordé mucho de mi familia, mi gente, y por eso lloré dentro de la cancha. Fueron lágrimas de tristeza, pero también de emoción por un equipo que se entregó por completo”, Medel.