Desde ahora comenzaremos a escuchar mucho la “Marca Bolivia”, es que el Rally Dakar pide una inversión de 4 a 6 millones de euros a cada país que lo atraviesa, decimos inversión porque el retorno de ese monto de dinero es devuelto sólo en promocionar la marca de un país por los cinco continentes desde el evento y fácilmente quintuplicado por el movimiento económico interno que se genera.
El siguiente informe tiene datos que fueron entregados en la edición 2012 desde AméricaEconómica.com, dónde se hizo un análisis de los ingresos que se generan con exactitud por cada país que ha formado parte del Dakar, Argentina y Chile fueron los precursores, luego Perú, y en todos los casos el resultado fue el mismo, esa inversión de 4 o 6 millones de euros se multiplico por lo bajo por 10 millones de euros retornados a cada país.
Es que el simple arribo de la competencia más importante del mundo Rally a Sudamérica, generó la expectación de los países del continente. Lo que pasa es que ni siquiera en un Mundial de fútbol o unos juegos olímpicos, se presenta a la marca país al mundo de una mejor manera. El Rally Dakar es una ventana al mundo para mostrar paisajes, culturas, comidas, riquezas de un modo transparente y sin querer con la mejor calidad de marketing visual.
Por ejemplo en dicho informe Enrique Meyer, ministro de Turismo de Argentina (en ese momento) afirmaba que “los países anfitriones obtienen múltiples beneficios en turismo, hotelería y gastronomía. A partir de la llegada del Dakar en Argentina, al menos 18 empresas están contratadas por la productora francesa Amaury Sport Organisation, (ASO), organizadora del evento, y lograron internacionalizarse”.
En este mismo informe, Daniel Pardo, director del Servicio Nacional de Turismo de Chile (en ese momento), enfatizó que el objetivo principal para traer un evento como éste es que “queremos posicionar, dar a conocer y promocionar un destino, tanto a nivel internacional como nacional. Esto significa, no sólo ocupar la hotelería, sino esperar que la promoción crezca con el tiempo, a partir de este evento”.
El informe de la AméricaEconómica.com, muestra cifras que respaldan estos dichos, el mismo Pardo dijo que la estimación sólo en la región de Atacama (región de pasó del Dakar, no largada o meta) dejó más de 30 millones de dólares por concepto de alojamiento, gastos en transporte, inversiones y comercios asociados. Si esto se multiplica a la suma de dos etapas en un país, el evento dejaría directamente entre 60 millones de dólares.
Este particular interés de los gobiernos, entre ellos el de Bolivia, por contar con el desafío motor más importante del mundo corroboran los datos estimados por el Perú, país que con su incorporación en 2012 abrió el abanico a países como Bolivia, ahora presente en la próxima versión.
Según cifras oficiales de Perú, el impacto económico (directo e indirecto) en 2012 fue en más de 520 millones de dólares, cifra que incluye aspectos como la publicidad y promoción de destinos turísticos, además del beneficio exclusivo y propio de la actividad económica de la competencia.
La marca país toma importancia cada año de competencia y esto es la mejor manera de ASO de asegurar que la inversión de los países no va a sacos rotos. Felipe Horta, productor y organizador del Rally Atacama Patagonia, argumentó que “el retorno de esta competencia está enfocado principalmente en las marcas que tienen relación directa con el financiamiento del evento, la marca país, donde los gobiernos han invertido dinero en la organización, para que la carrera esté en sus latitudes y de esta manera se exhiban al mundo”.
La transmisión televisiva es otro aspecto que realza el evento, ya que las cifras del Dakar 2012 revelaron que hubo 1.200 horas de difusión por TV en 190 países, lo que concentró a más de 4,5 millones de espectadores directos. La expectativa del cambio de hoja de ruta con la inclusión de un nuevo país genera un incremento en este dato de dos años atrás.
De hecho, la comisión organizadora de ASO confirmó en una encuesta de notoriedad realizada con muestras representativas de la población de nueve países de fuerte poder adquisitivo (Francia, España, Países Bajos, Alemania, Argentina, Brasil, China, Estados Unidos, Japón), confirma la ganancia de notoriedad que aportó el Dakar a los países que ya fueron parte. Las cifras que se revelan son 730 millones de personas declararon haber descubierto la existencia de los países anfitriones, mientras que el 67% de ellos dijeron querer visitar los lugares que el Dakar muestra.
Jeremías Israel, piloto chileno que participa de la competencia de motos, confirma lo anterior. “Los países han visto una oportunidad de exposición a nivel mundial. Esto beneficia a distintos rubros para mostrar y publicitar sus servicios. Es un tremendo beneficio para los pilotos chilenos, porque nos ayuda a tener mayor difusión y apoyo de auspiciadores. Para los organizadores, la exposición en los países europeos es uno de los beneficios principales”, concluyó. Con estas afirmaciones seguramente podremos estimar que la cantidad de pilotos bolivianos, se incrementará notoriamente en la versión 2014, y que al tener mejores sponsors y apoyos, pilotos de primer nivel como Salvatierra incrementan sus chances de subir puestos.
De lo anterior se desprende que el beneficio para los países organizadores es evidente, pero no solo para estos, sino también para la región en su conjunto, ya que se genera un impulso para la inversión extranjera y la internacionalización de las empresas locales. Tanto es así, que naciones como Brasil y Ecuador ya comenzaron las negociaciones para llevar la competencia a esos destinos, luego que de Perú en primera instancia y Bolivia ahora hayan logrado llamar la atención y formar parte de la organización del Dakar.
