San Antonio le ganó a Miami Heat por 104 a 87 y el argentino volvió a conseguir el anhelado anillo, como en 2003, 2005 y 2007.
San Antonio le ganó a Miami 104-87, cerró con contundencia la serie por 4-1. El quinto título para la franquicia. Una hazaña si se piensa que enfrente estaban leyendas del básquetbol como LeBron James y Dwyane Wade. Manu Ginobilli -el argentino- fue una de las principales figuras de la conquista. Anoche terminó con 19 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias. Fantástico. Popovich lo sacó de la cancha con el partido definido para que la gente lo ovacione. Se abrazó con el brasileño Tiago Spliter.
San Antonio encontró a un gran campeón. No reconocerlo sería ilógico. Miami llegó como digno monarca de la competencia y no se iba a entregar mansamente. Un salvaje LeBron James enfrentó a todo el equipo de los Spurs. Cuando arranca con esa potencia hasta deja la sensación de que podría llevarse por delante a todo el público en el estadio AT&T Center, que rugió desde el minuto inicial esperando la coronación.
LeBron… fue un torbellino, un demonio. En el primer cuarto metió 17 puntos, bajó 6 rebotes, tapó dos tiros a sus rivales. Se hizo cargo de todo. Sus compañeros lo acompañaron modestamente.
El respetuoso saludo de LeBron con sus rivales fue el último reconocimiento. El mejor saludando a su vencedor. Redención y gloria. Para un gran campeón como Manu Ginóbili. Que por lo que ha hecho exige seriamente que se lo considere como el mejor deportista argentino de la historia
Fuente: La Nación