Nelvin Soliz tuvo una noche maravillosa, desbordó, y enloqueció a su marcador por la banda derecha hasta que tuvo que salir por una lesión.
Fue el autor intelectual del primer gol y autor material del segundo; Cuando su equipo presionaba y arrinconaba al Atlético Paranaense, Nelvin Soliz aprovechó una muy mala salida de Weverton, recibió la pelota y aplicó el concepto básico del fútbol – embocar la pelota en el arco contrario- Colgó el balón por encima de sus delanteros y defensores, con un arco desguarnecido, acomodó la pelota en la boca de la portería, los jugadores rivales en su desesperación por sacarla la terminaron metiendo en propia meta.
En el complemento, Nelvin volvió a aplicar la regla diez de este deporte, tuvo la pelota en el área grande, encaró y con una definición exquisita volvió a poner la pelota dentro del arco rival para decretar el 2-1 con el que su Tigre pasó a octavos de final.
