En una liga de 12 clubes que compiten en un torneo de seis meses, que nueve equipos cambien de entrenadores, es cuando menos una locura, es un absurdo propio de la irresponsabilidad y la improvisación que reproduce en un resultado de que un equipo pueda tener hasta tres entrenadores en seis meses, un descontrol sin ninguna regulación.
Aurora, Wilstermann, Real, Nacional, San José, Guabirá, Sport Boys, Blooming y Oriente Petrolero, fueron los nueve clubes que despidieron a sus entrenadores por diversas razones.
Sport Boys fue quien tuvo tres entrenadores durante el torneo. Comenzó con David de la Torre (aunque no dirigió ningún partido), le siguió Edgardo Malvestitti y terminó con Hilda Ordóñez.
Otro que tuvo tres fue Aurora que comenzó con Víctor Hugo Andrada, le siguió Sergio Apaza, Victor Cano y terminó Jairo Torrico pero en forma interina.
Blooming tuvo a Víctor Hugo Andrada y terminó con Gustavo “chavo” Díaz.
“Lo de los entrenadores es una temporalidad irracional, no puede ser que no se respeten al profesional y a las personas”, dijo Rolando Gamarra, periodista cochabambino al periódico El Día.
“Hay una degradación total, no hay seriedad, no hay procesos ya no en los equipos sino en las insticiones como tal y, lo más grave, nadie defiende a los entrenadores que yo sepa, tienen su institución que deben velar por ellos, pero nada”. dijo Jorge Antequera ex arbitro FIFA al mismo medio.
Ambos están cerca de la realidad evidente para todos, excepto para los que manejan el fútbol boliviano, que prefieren endeudarse pagando a cuotas las rescisiones de “mutuo” acuerdo, que apostar por procesos serios en base a una planificación real.
Fuente: Late! y El Día
