Al paso que va Bolívar, líder del torneo Apertura, no necesita de ninguna ayuda, sin embargo, no le caería mal recibir una mano de The Strongest, si mañana (20.00) —en el arranque de la decimoquinta jornada— el Tigre —urgido como está— derrota a San José en el estadio Hernando Siles, y frena un poco el ímpetu del santo, el más cercano perseguidor —a sólo tres puntos— de la Academia en la lucha, por ahora, por el primer lugar, y después por la corona del certamen.
A los celestes lo peor que podría pasarles este fin de semana es que San José les empate en el primer lugar (30 puntos), si el conjunto de Oruro vence en La Paz y Bolívar cae en su difícil visita a Santa Cruz, donde el domingo rivalizará a última hora (18.30) con Oriente Petrolero, necesitado de puntos para dejar atrás una campaña que hasta ahora ha sido paupérrima.
Y lo mejor para los bolivaristas sería ganar su propio encuentro y que el Tigre consiga vencer a San José, combinación que en caso de darse pondría una distancia de seis unidades del primero al segundo, suficiente colchón para que Bolívar pueda encarar la recta final del campeonato con serias aspiraciones de obtener el bicampeonato liguero.
Más allá de la ayuda indirecta que un triunfo de The Strongest podría suponer para su acérrimo rival, el conjunto atigrado llega a esta jornada desesperado por ganar (hace cuatro partidos que no lo hace), a sabiendas de que más pérdida de puntos le ocasionaría correr el riesgo de salir de la zona de premios, un fracaso que los atigrados no tienen en cálculo después de haber estado peleando por el primer lugar por buen rato.
San José, envalentonado como está por su segundo lugar, deberá demostrar justamente en el Hernando Siles de qué está hecho realmente y si efectivamente puede ser considerado un serio aspirante al trono. Además, vendrá con sed de revancha luego de que The Strongest le ganara en Oruro, en la primera rueda. El domingo, Bolívar jugará sabiendo bien qué fue lo que ocurrió en este vital plato nocturno sabatino.
Fuente: La Razón
