Al Tigre le han quitado el alma de campeón que tuvo hasta la pasada temporada, cada vez y sin querer, va cayendo en la rutina de quien cumple su trabajo y nada más.
Ya no “corajea” los partidos, ya no “camiseta” a los rivales estando abajo o igualado en el marcador, sobre el final de los partidos ya no hay un plano inclinado en la cancha, simplemente se ve ha hombres trabajando -y su trabajo- es jugar al fútbol, no lo hacen mal, ni bien, cumplen su función y ya. Otra vez al Tigre se le pudo ir hasta el punto, como dijeron sus jugadores “por errores de equipo amateur”, otra vez faltó concentración, que claramente ya no es la misma de un tiempo atrás.
Esa falta de confianza va sumando golpes, al Tigre le ha costado ganar en este Apertura -y, hace un tiempo que eso ya se ha hecho evidente- con el partido de Cochabamba suman cuatro consecutivos sin poder hacerlo. La falta de gol y definición les viene quitando el sueño, la paciencia y las fuerzas sistemáticamente.
Ahora le tocará otra vez de local ante el entonado San José, demostrarse a sí mismo que puede volver a ganar en la Liga, pero ojo, la campaña de visita no ha sido buena y en el Siles, sólo ante Oriente, Blooming y Sport Boys ha podido sacarles una ventaja de dos goles o más, después siempre le costó en catorce fechas sumar tres puntos, siempre con lo justo. Parece que al equipo de Villegas se le acabó el “handicap” que guardaba, si queda resto ante el Santo es el momento de gastarlo.
Resumen del cero a cero:
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