En pocas horas el país lloraba por dos pasiones que eran truncadas de golpe.
Golpe en el corazón de los deportistas y golpe en el corazón de los demócratas.
En la localidad de Viloco, poco antes de Cochabamba, caía un avión y se llevaba a un equipo entero de fútbol que representaba a una cantidad considerable de bolivianos: The Stronguest.
En la Plaza Murillo de La Paz, caía el presidente constitucional, Luis Adolfo siles salinas, llevándose consigo la esperanza de casi la totalidad del país: La democracia.
Sin embargo, si la a fuerza de los fusiles acallaron a miles de ciudadanos, el llanto de todos los deportistas bolivianos no pudo ser silenciado, al contrario, el grito en los estadios fue mayor.
Porque la delegación estronguista, que volvía de un cuadrangular en Santa Cruz de la Sierra, representaba a todos los que aman al fútbol.
Hace 44 años ocurría la mayor tragedia de la aeronavegación boliviana pero, como su nombre lo indica, The Strongest se hizo más fuerte y volvió a ser grande con el apoyo de todos los otros clubes nacionales, inclusive de su mayor rival, Bolívar.
Lo propio aconteció con la democracia, que volvió a resurgir, fuerte y consolidada, con el apoyo de todos los bolivianos.
Eustaquio Ortuño (DT); José Ayllón, gerente; Felipe Aguilar, masajista; y los jugadores Armando Angelacio, Hernán Andretta, Orlando Cáceres, Juan Iriondo, Jorge Durán, Julio Díaz, Héctor Marchetti, Ángel Porta, Jorge Tapia, Ernesto Villegas, Germán Alcázar, Eduardo Arrigó, Oswaldo Franco, Raúl Farfán, Oscar Flores y Diógenes Torrico, descansen en paz.