Tras 11 partidos sin conocer la victoria en el Apertura, Oriente Petrolero ha encontrado la luz en uno de los momentos más oscuros de los últimos tiempos. La jornada pasada tocó fondo en la tabla, este sábado escaló al menos un puesto nada más ni nada menos que en el Clásico Cruceño contra Blooming.
Alrededor de la media hora de juego, un centro que no pudo ser despejado por los celestes terminó en Norberto Palmieri que solo tuvo que empujar el balón batir la portería rival. De inmediato, la fiesta deportiva fue un desahogo verdolaga; esto se consumó cuando después de siete minutos de adición en el segundo tiempo el árbitro dio el pitazo final.
La emoción no se dejó esperar, pues el equipo de Erwin Sánchez prácticamente anuló a la Academia Cruceña. Las lágrimas de impotencia del jueves anterior se transformaron en alegría y algarabía por parte de todo el plantel Refinero.