Sin recaudación, sin fiesta, sin puntos, una jornada totalmente negativa para el Aviador que fue el primero de los dos equipos bolivianos en volver a la acción en la Copa Libertadores.
Comenzó muy bien, con un ritmo impensado, con el trio de Rodríguez, Chávez y Serginho activos y conectados. Esa conexión duró hasta los primeros 15 minutos del segundo tiempo, luego cambió la historia, y el resto físico fue determinante, mientras a Wilster se le acababa la gasolina, al Athletico Paranaense aprovechó cada gota de sudor derramada por el desgaste Rojo.
Los goles de Gilbert Álvarez (1-0 parcial) en la primera parte, y de Serginho en el complemento (2-1 parcial), no estuvieron acompañados de un plan posterior, y sobre todo el Rojo sufrió mucho en defensa, siempre después de cada gol de ventaja, descuidó la marca, quedó desequilibrado. Así Lucho Gonzales de penal y Christian en una maniobra indiviudal lograron anotar los empates parciales.
El tema estuvo luego del minuto 88, porque Serginho se fue expulsado por doble amarilla -en una decisión exagerada del arbitro- Wilster se quedó con diez, y ya no tenía piernas frescas. Porque los cambios le dieron frescura, pero perdió en jerarquía y el rival aprovechó eso. Los 17 partidos de ventaja que tenía el cuadro brasileño se notó cuando Walter senteció a los 91 minutos, con un 2-3 final que dejó con las manos vacías a un equipo que mereció más, pero no supo cuidar los puntos cuando los tuvo en sus manos.
