Hace algunos días, César Farías expresó a una nota del portal de FIFA.com, que si la Selección iniciaba su trabajo en 10 días, estaba a tiempo; Ese plazo se cumplió, y aunque Farías dio una lista de muchos jugadores jóvenes, los problemas que tiene la Federación se multiplican y no hay señales de que el panorama cambie para que inicie su trabajo.
Conmebol no reconoce a Marco Rodríguez, el banco donde la FBF tiene sus cuentas, no reconoce a Rodríguez. Por otro lado Robert Blanco también comenzó a firmar papeles como presidente, y con dos cabezas, es inviable ordenar la casa. Sin autoridad, sin dinero, es inviable tener un trabajo serio y ordenado con protocolos como requiere la Selección, por eso Farías sacó una fuerte reflexión en sus redes, un pedido: “Para alcanzar logros en el fútbol, hay que dejarlo trabajar”.
Al vestir La Verde nosotros asumimos la responsabilidad de representar a todos los bolivianos, porque la selección debe unificar parcialidades, y por ello tengo un compromiso de guardar las formas marcando una línea entre defender un club o el país.
Cuando acepté tomar las riendas de la selección boliviana hace casi un año recuerdo que en la rueda de prensa hablé de mi intención de convertir la adversidad en oportunidad.
Me refería en ese momento a los retos de la competencia, convencido, como sigo estando, que vine con la expectativa de clasificar a un Mundial y voy a hacer lo imposible por estar ahí.
También me comprometí a soportar las dificultades, sabiendo por mi experiencia profesional que este cargo incluye presiones extradeportivas, que especialmente en los últimos meses se han hecho evidentes.
Hay una película llamada Hater que trata sobre cómo se utilizan las redes sociales para manejar la vida de las personas y afectar su imagen o generar opinión pública negativa.
Siempre hay grupos de interés que las utilizan para divulgar fakenews y arrasar con las buenas intenciones de otros, sacando de contexto imágenes y situaciones, reproduciéndolas constantemente para manipular, utilizando la estrategia totalitaria de repetir mentiras o medias verdades que de tanto verlas se convierten en verdad.
Estas estrategias las vemos en práctica en todas las áreas, y a veces es fácil caer preso de la avalancha social. Pero en la mayoría de los casos lo real, los hechos, superan las ficciones y tácticas digitales.
La verdad es el trabajo que hay por delante y refrendar lo que significa representar un país. El foco ahora está en los dos primeros partidos, Brasil y Argentina, esos son los rivales. La competición es la lucha a la que hay que dedicarse.
Quien no entienda que cada día perdido es una ventaja para el contrincante, apuesta al fracaso de aquello que dice ser su propia aspiración. El tiempo hay que emplearlo en trabajar y no en conspiraciones y trascendidos. La eliminatoria va a requerir de mucha energía que debe ser bien empleada.
Para alcanzar logros en el fútbol, hay que dejarlo trabajar.
