Fue un triste show el que regaló la dirigencia del fútbol en Bolivia. Una reunión que duró cerca de seis horas, no tuvo decisiones definitivas, sí sobraron insultos, cruces, reclamos, posturas contrapuestas y hasta golpes de puño.
Así fue el Consejo Superior, que sólo se puso de acuerdo para firmar una comunicado de solidaridad con el pueblo de Bolivia, pidiendo paz, mientras almorzaban. Pero no hubo más acuerdos, los clubes que buscan permanecer en primera se rehúsan a dar por terminado el torneo con descensos. César Salinas no está dispuesto a cambiar la convocatoria de campeonato.
Acusa a los clubes involucrados de sólo ver sus intereses, eso desató la ira de Destroyers y la familia Blanco, Carlos se encargó en dos ocasiones de discutir abiertamente con Salinas en plena reunión ante la atónita mirada de todos. Carlos Blanco con César Salinas, Robert Blanco con Marco Rodríguez y al final puñetazos entre Rodríguez -vicepresidente de la FBF- y Fernando Blanco, el menor de los hermanos, y actual vicepresidente del Canario.
Los testigos en el lugar contaron que Blanco desafió a ir a una pelea callejera a Rodríguez y cuando se dio la vuelta, esté le propinó un golpe de puño que dejó lastimado, con una herida sobre el ojo izquierdo al dirigente cruceño. Los tuvieron que separar para que la cosa no vaya a mayores.
Juan Jordán presidente de Blooming ya avisó que pedirá la expulsión inmediata de ambos en el fútbol nacional, Marco Rodríguez es dirigente de la Asociación de Pando, uno de los hombres fuertes de Salinas, y el Consejo se volverá a reunir el próximo 21 o 22 de noviembre, donde se determinará si el torneo sigue o no por la crisis social que vive Bolivia, ¿y el fútbol boliviano?.