MOSCÚ. Pasaron varios días, semanas en realidad sin que estuviéramos en el gigante de esta Copa del Mundo, ahora es el atractivo principal de todos, el estadio Luzhniki será la casa del fútbol desde hoy hasta el final de la Copa del Mundo, ya no falta tanto. Y allá sigue él, quién mandó a construirlo Lenin sigue custodiando a todos y todo en su casa.
Son 30 días que pasamos en territorio Moscovita, impresionante, pasaron como si nada, estamos convencidos que Rusia fue un gran anfitrión, sabemos que Moscú es una ciudad divina, una tentación volver a visitarla luego de la Copa, y un nuevo destino por explorar para quienes no vinieron, es recomendable desde todos los aspectos, incluso el económico, el tipo de cambio es muy similar al de Bolivia, sorprendentemente, y entonces todo se hace más fácil para disfrutar.
Volviendo al tema, luego de tanto tiempo volvimos al Luzhniki, que fue la casa que nos albergó las dos primeras semanas, con sus amplias salas de prensa, tan amplias que hasta nos sentimos solos en un momento, ya sin la masiva presencia latina, es más difícil entablar diálogos con colegas.
Aquí nos habilitaron el acceso para el Croacia – Inglaterra, una semifinal cargada de pasión futbolera, porque a los ingleses y a los croatas el fútbol los mueve como a pocos europeos, por eso se animaron a llegar a Moscú, y por eso avisan que llegarán a la casa del fútbol, para evitar que el público neutral -que además es rival histórico de ambos – se haga dueño de casa, que todo sea en paz, como amerita esta sensacional Copa del Mundo.