El promedio de tarjetas rojas mostradas en los primeros 48 encuentros es de 0,06 por partido esto debido a que solo se mostraron tres tarjetas rojas durante la fase de grupos, en la que participaron los 32 clasificados.
Jerome Boateng de Alemania, Igor Smolnikov de Rusia y Carlos Sánchez de Colombia, fueron los únicos jugadores que salieron del campo por expulsión, los dos primeros por doble amarilla y el sudamericano fue la única roja directa.
Esta cifra es la segunda más baja de la historia de los mundiales, la primera fue en México 1970, año en el que se implementó el uso de las tarjetas, en esta edición no hubo ningún jugador expulsado en los 32 partidos.
48 años después y gracias a la tecnología del VAR, existe un mundial con un promedio tan bajo de sanciones de este tipo, si bien los penales duplican la cantidad de las últimas Copas del mundo, en el tema de juego brusco los jugadores se cuidan más, según muestra los números.
Los que si aumentó respecto al último mundial es el promedio de tarjetas amarilla mostradas en la fase de grupos, hubo 158 amonestaciones, lo queda un promedio de 3,29 por partido, mientras que en Brasil 2014 era de un poco más de 2 por encuentro.