MOSCÚ. Mientras la fiesta rusa seguía en las calles de Moscú, todos nos dábamos modos de ver los partidos, como haciendo guardia por su rival los rusos más futboleros -y los que soportaban aún los vodkas que circularon- esperaban saber si España, Portugal o Irán era su rival tras su histórica clasificación.
Festejaron cada gol Marroquí como si fuera propio, celebraron el empate de Irán, y sufrieron el desenlace agónico de ambos partidos, angustiados como cualquier futbolero del planeta, comenzaron a corear el “Rossiya”, “Rossiya” a voz en cuello, ya sabían que el rival era España.
Es que Portugal dejó escapar la chance de ser el primero del grupo, cuando tenía todo para hacerlo, Iran igualó el juego, y hasta pudo perder, porque la última pelota del partido fue del equipo asiático. Aunque Ricardo Quaresma abrió la cuenta con un sello personal, golazo a tres dedos, Portugal se dejó estar y Ansarifard anotó de penal (el 1-1 final) y el mismo jugador tuvo la última que pudo ser el histórico triunfo que no fue, Portugal clasificó y entonces entraba en juego el otro resultado.
En Kaliningrado, España sufría pero sumaba, a pesar de ir dos veces abajo en el marcador por los goles de Boutaïb y En-Nesyri, el equipo que dirige Hierro -hace sólo dos semanas- pudo reponerse, Isco e Iago Aspas fueron los salvadores de La Furia Roja para sellar el 2-2 definitivo, que contra todo pronóstico -por lo que se vivió en los últimos 90 minutos- ganó su grupo y será Rival de Rusia.
